Una alimentación sana, variada y equilibrada debe ser la base de nuestra dieta para tener un correcto estado de salud. La carne de conejo aporta 131 kcal por cada 100 gramos, es fuente de proteínas y es una opción más que atractiva a incluir en nuestra mesa. Las sociedades de nutrición recomiendan consumir carnes como el pollo, el pavo sin piel, los cortes magros de cerdo y la carne de conejo de 3 a 4 veces a la semana dentro de una alimentación saludable.
La versatilidad de la carne de conejo y sus múltiples posibilidades gastronómicas permiten incluirla en la comida o en la cena, configurando menús variados adecuados para toda la familia.
En cuanto a macronutrientes, en la carne de conejo destacan las proteínas.
Las proteínas de origen animal son de elevada calidad porque aportan todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita para sintetizar sus proteínas.
La composición nutricional de la carne de conejo, en cuanto a micronutrientes, la convierten en un gran aliado para cubrir las necesidades diarias de algunos nutrientes esenciales. Destaca el aporte de vitaminas del grupo B, la carne de conejo tiene un alto contenido de vitaminas B3, B6 y B12. Una ración de carne de conejo aporta más del 100 % de la cantidad diaria recomendada de vitamina B3, casi el 40 % de vitamina B6 y el triple de las necesidades de vitamina B12.
La carne de conejo tiene un alto contenido en fósforo, y es fuente de selenio y potasio. Su contenido en sodio es bajo, y un menor contenido de este contribuye a mantener la tensión arterial normal.
La carne de conejo se puede incluir en la alimentación variada en todas las edades y situaciones fisiológicas.